Dureza de artista
Winslow Homer.Rescate en la tormenta.1884.
Robert Hughes, el crítico de arte australiano, que escribió, durante años, para el New York Times y New Yorker, relata la vida y el trabajo de los pintores como si fueran epopeyas. Las describe como una empecinada lucha, en un combate desigual contra la costumbre, la mediocridad, el conformismo y el prejuicio.
Hughes se mete dentro de los personajes y nos hace participar de sus visiones. De Winslow Homer dice: “Prefería la dureza y la confianza en uno mismo y admiraba a quienes la demostraban.”
El artista aprende a ser duro, al principio, porque no queda más remedio para sobrevivir a los desaires, a las ilusiones rotas, a los vencimientos. Uno se endurece y ya no espera nada, ni pone plazos. Sólo están las metas, para la propia obra, a cumplir más tarde o más temprano, y ahí el ejercicio de la dureza se hace nítido. La confianza en uno mismo es otra cosa. Para asimilar las derrotas y los triunfos de los otros, hay que respirar hondo, tomar aliento y volver a elaborar las rutinas del trabajo. Hay que poner la mente cuatro meses más adelante, pensar en el año que viene, ejercitar la autocrítica, y volver al trabajo con la tenacidad y la resignación de un monje tibetano.